El 13 de febrero y la cancha de Olanchito el juvenil lateral izquierdo de Victoria, Leonel Hernández no los olvidará jamás. Ese día debutó en Primera División y de paso le anotó un golazo a Sandro Cárcamo que le dio los tres puntos a Victoria.
Leonel, de 19 años y nacido en La Másica, Atlántida señaló que en el momento que el envía el servicio y ve que la pelota entra en el marco se le cruzaron un sinnúmero de sensaciones indescriptibles.
El masiqueño apuntó que no sintió tanto los nervios tradicionales que surgen cuando se debuta en el fútbol profesional y a medida que pasaban los minutos llegó la necesidad de tomar la pelota y poder contribuir para el equipo hasta que llegó esa jugada a falta de cinco minutos para terminar el encuentro.
Fue un balón que se robó el “Cuervo” en el mediocampo y que la mandó a la banda donde estaba Carlos Morán, recuerda el jugador, “le pedí el balón a Tatín y este esperó que yo le ganara la espalda al contrario y le pelota me quedó rebotando, solo pensé en pegarle lo hice con el empeine y nunca pensé que esa pelota se le iba a ir a Sandro” señaló el futbolista.
Cuando Leonel miró que la pelota se iba al fondo de las mallas comenzó el éxtasis, “sentía ganas de llorar, miré con gran alegría que la misma se iba para gol y busqué mis compañeros en la banca para celebrar con ellos, fue algo que nunca voy a olvidar, esto se lo dedico a mi familia quienes han estado en todo momento con mi persona” finalizó el lateral de Victoria
Leonel, de 19 años y nacido en La Másica, Atlántida señaló que en el momento que el envía el servicio y ve que la pelota entra en el marco se le cruzaron un sinnúmero de sensaciones indescriptibles.
El masiqueño apuntó que no sintió tanto los nervios tradicionales que surgen cuando se debuta en el fútbol profesional y a medida que pasaban los minutos llegó la necesidad de tomar la pelota y poder contribuir para el equipo hasta que llegó esa jugada a falta de cinco minutos para terminar el encuentro.
Fue un balón que se robó el “Cuervo” en el mediocampo y que la mandó a la banda donde estaba Carlos Morán, recuerda el jugador, “le pedí el balón a Tatín y este esperó que yo le ganara la espalda al contrario y le pelota me quedó rebotando, solo pensé en pegarle lo hice con el empeine y nunca pensé que esa pelota se le iba a ir a Sandro” señaló el futbolista.
Cuando Leonel miró que la pelota se iba al fondo de las mallas comenzó el éxtasis, “sentía ganas de llorar, miré con gran alegría que la misma se iba para gol y busqué mis compañeros en la banca para celebrar con ellos, fue algo que nunca voy a olvidar, esto se lo dedico a mi familia quienes han estado en todo momento con mi persona” finalizó el lateral de Victoria
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